La Casa de Medinaceli fue una de las estirpes nobiliarias
españolas con mayor importancia y proyección durante toda
la Edad Moderna. Sin embargo, y de forma paradójica, no
posee una cantidad de análisis historiográficos suficientes
para realizar un estudio en profundidad. En este sentido,
uno de los períodos clave de este linaje pasa por su transición
entre finales del siglo XVII y la centuria posterior. El VIII
duque de Medinaceli supuso un salto cualitativo dentro
de esta familia al obtener el grado de primer ministro. El
IX duque, a pesar de la herencia política recibida por su
padre, tuvo que afrontar un panorama totalmente distinto
plagado de retos debido a la necesidad de reconfigurar su
posición en el entramado político y cortesano de la época
que le llevó también a formar parte de los colaboradores más
estrechos de Felipe V en la dirección de su monarquía. Por
lo tanto, aproximarse al estudio de la Casa de Medinaceli
exige acometer una perspectiva general desde múltiples
enfoques que permitan obtener una visión conjunta sobre
las estrategias, dinámicas y objetivos de un linaje notorio en
la Monarquía de España a las puertas del cambio dinástico.